lunes, 14 de mayo de 2012

La máquina del buen rollo


Madrid está de fiesta estos días. En el parque de San Isidro, donde se encuentra la famosa "pradera" y se celebra la festividad del patrón de la ciudad, se ha instalado una feria. Visitar este lugar por la mañana, bien temprano, es una experiencia surrealista. Las atracciones están cerradas y el silencio reina en todo el recinto. Paseando por estas calles artificiales, sucias y desiertas, entre casetas de tiro y puestos de comida, parecemos los supervivientes de un holocausto.


2 comentarios:

Elena Rius dijo...

"Samwichis", qué buena variante...
Las ferias incluso llenas y en funcionamiento son surreales, de modo que vacías, mucho más.

Carrusel Bazar dijo...

Desde luego, Elena, las ferias son lugares de lo más extraños.