sábado, 19 de noviembre de 2011

Madroño, magnolia y espino de fuego




Si te sientes bien rodeado de naturaleza, si eres un espíritu sensible a la belleza, no puedes dejar de visitar el Retiro estos días de otoño. Soy consciente de que la crisis que estamos atravesando es cruel y que además parece interminable, de que la prima de riesgo anda por las nubes y de que nos hallamos al borde del rescate financiero. Pero, amigo, vente al parque, a este o a otro que tengas cerca de casa, a un bosque... Pasa un rato caminando, llévate un libro, o dedícate sencillamente a observar los árboles, las plantas... No hay mejor terapia contra el barrunto pesimista que pisar un sendero tapizado de hojarasca. ¡Venga, sal de casa!

viernes, 21 de octubre de 2011

Por qué adoro mi iPhone


Algunos de vosotros me habéis preguntado en ocasiones, y yo apenas he publicado nada acerca de las fotos de Paseos con Lisa. Sí he comentado alguna vez que el 90 por ciento de las fotografías están tomadas con un teléfono iPhone 3Gs, y aquí os confieso que yo, la paseadora de Lisa, estoy enamorada de este aparatito multifunción. Yo lo veo como una especie de navaja suiza de la comunicación.
El mundo de las aplicaciones (apps) de fotografía me tiene cautivada. Son mágicas, divertidas y cualquiera puede utilizarlas, porque además de fáciles de usar, son baratas o directamente gratuitas. Mis preferidas son Instagram, Pro HDR y Big Lens. Esta última es novedad en la tienda de iTunes, me parece que está disponible desde hace sólo unos días, y es absolutamente recomendable. Cuesta 0, 79 céntimos, tiene un montón de filtros, permite enfocar y desenfocar por zonas, y varias aperturas de diafragma que proporcionan a las fotos un aspecto profesional. Por cierto, todas las fotografías de este post están tratadas con Big Lens.
Instagram es la estrella de las apps para los aficionados a la fotografía. Se trata de una red social donde compartir las fotos, una especie de Facebook de imágenes. La aplicación es gratuita y de uso muy sencillo. Permite recortar, colorear, añadir filtros y colocar marcos a las fotos.
Para obtener un gran resultado con Pro HDR, sólo es preciso tener buen pulso. Con esta aplicación se acabaron las fotografías oscuras o quemadas. Es fácil de utilizar: sólo hay que encuadrar y directamente la cámara toma dos fotografías del encuadre, con un intervalo de 2-3 segundos (de ahí lo de tener buen pulso; si no, es fácil que el resultado esté desenfocado). La primera foto se obtiene con el máximo de luz que haya en el encuadre, y la segunda con el punto más oscuro. En pocos segundos, la aplicación mezcla ambas fotografías y la foto que se obtiene es, en teoría, perfecta, al menos en lo que a luminosidad se refiere. A continuación se pueden retocar todos los parámetros: contraste, enfoque, calidez... Esta aplicación (1,59 euros) proporciona espectaculares resultados al amanecer y durante el crepúsculo. Además es muy útil en condiciones de poca luz, algo muy valioso para los usuarios del iPhone 3Gs, ya que esta versión no incorpora flash (Apple subsanó esta carencia en modelos posteriores).


Por supuesto existen muchas más herramientas para los fotógrafos aficionados, pero estas son mis preferidas, mis juguetes, las que uso a menudo para publicar en el blog. I do love Iphoneography!
Cuando salgo a pasear con Lisa, siempre llevo encima mi móvil, porque nunca se sabe qué puede suceder delante de tus narices. Si Lisa me ve con el teléfono en la mano, se espera a mi lado hasta que termino de hacer la foto, y sólo cuando lo vuelvo a guardar, echa a andar de nuevo. Ay, qué perra más lista.

martes, 27 de septiembre de 2011

El ángel caído


Hola otra vez, perdonad la tardanza, y muchas gracias por vuestros comentarios. Nata, ¡qué ilusión me hace ese premio! Te lo agradezco muchísimo, te felicito por tu blog y te animo a seguir viendo La vie en vert.
Esta mañana he encontrado algo de inspiración y aquí veis el resultado: la estatua del ángel caído en versión otoñal.

viernes, 19 de agosto de 2011

El Retiro cristiano

retiro cristiano1

retiro cristiano2

retiro cristiano3

Queridos amigos, estamos disfrutando de las vacaciones, merecidas, por supuesto. Desde el Mediterráneo, ha llegado a nuestros oídos que el parque del Retiro es uno de los focos de atención informativa estos calurosos días de agosto. En un principio lamentamos no estar en Madrid para realizar la crónica de los hechos, pero en seguida nuestros lectores se ofrecieron amablemente a sustituirnos, ¡sensacional! Muchas gracias a B. y J. por sus reveladoras fotografías (queridos amigos, os invito también a escribir un post).
Besos.

jueves, 28 de julio de 2011

¡Oh! (II): Parque Juan Carlos I

Juan Carlos I-0

Efectivamente, se trata del parque Juan Carlos I. Ese círculo rojo, más conocido como "el donut", es el emblema de este espacio urbano. Está situado junto al recinto ferial de Madrid (Ifema) y la vía de circunvalación M40, en el distrito de Barajas.
Yo ya conocía este parque, pero Lisa no, así que decidimos ir a dar un paseo el domingo por la mañana. Como casi siempre que salimos de excursión, prácticamente no había nadie por allí, aparte de corredores y ciclistas, supongo que porque siempre llegamos temprano a los sitios (Lisa necesita aliviarse y procuramos no hacerla esperar). El espacio es tan, tan grande, que abruma. He leído que tiene unas 160 hectáreas de extensión, que se distribuyen en diferentes zonas deportivas, botánicas y de ocio.

Juan Carlos I-4
Juan Carlos I-1

Una de las áreas más especiales es el olivar de la Hinojosa: hileras e hileras de olivos centenarios que ya estaban aquí antes de la urbanización del parque.

juan carlos I-3

El arte cuenta con un papel destacado en el parque Juan Carlos I. Una senda de esculturas al aire libre (19 en total), algunas de gran tamaño, permite visitarlo desde una perspectiva cultural y a la vez lúdica. El gigantesco círculo rojo se llama Espacio Méjico y es obra de A. Casillas y M. García Cornejo.
Los aficionados a la bicicleta disponen de un servicio de préstamo gratuito que resulta muy práctico, por la gran distancia que separa un extremo del parque del otro: sólo hay que presentar el DNI y la única condición es no salir del recinto. Vimos también uno de esos trenecitos turísticos: en mi opinión, una manera fantástica de tomar contacto con el terreno y apreciar la gran extensión del parque en su conjunto.

Juan Carlos I-5
Juan Carlos I-6

Hay además una ría, un lago, un auditorio, una gran zona arbolada con abundancia de pinos, áreas infantiles y de picnic, parque canino y equipamientos deportivos. No se puede pedir más. Bueno, sí, que el servicio de bicis abra antes de la 10: ¡es verano, por Dios, el sol de Madrid no se puede soportar a las 11 de la mañana!

martes, 26 de julio de 2011

¡Oh!

¡Oh!

Seguimos con nuestro periplo por los parques de Madrid. Los que vivís aquí seguro que ya sabéis dónde está tomada la fotografía y qué está mirando Lisa, pero ¿y los demás? Mañana publicaré un breve post sobre este parque, acompañado de algunas fotos.

lunes, 25 de julio de 2011

Un árbol menos


El pasado viernes a las 20.30 de la tarde los paseantes del parque del Retiro vivieron un momento de angustia. En el paseo de Coches, frente a la entrada de la antigua Casa de Fieras, un ruido de crujir de huesos les hizo mirar a todos lados en busca del origen de tan extraño sonido. De repente, una gran rama de la sófora de Japón que sombrea este rincón del parque se vino abajo. Milagrosamente, nadie pasaba por debajo en ese momento ni descansaba en el banco de piedra que rodea el tronco. La rama, de unos siete metros de longitud, se desplomó a escasos centímetros de un puesto de helados. Numerosos curiosos se habían congregado en el lugar para comentar la escena cuando, de nuevo, otra enorme rama se resquebrajó y quedó suspendida a media altura del tronco.


En este punto, hicieron acto de presencia varios agentes de la Policía Municipal, en coche y a caballo. Lisa y yo llegamos al lugar de los hechos también en ese momento, e inmediatamente antes de que lo hicieran los bomberos. Lo que ocurrió a continuación, os lo podéis imaginar: un montón de policías acordonando la zona, un bombero con la sierra mecánica en ristre y, ay, poco más. Un triste final para un árbol enorme, probablemente muy anciano, de un porte majestuoso. Mucha gente se sentaba a su sombra para tomarse tranquilamente un helado.