lunes, 24 de diciembre de 2012
sábado, 22 de diciembre de 2012
En el parque del Guinardó
Continuamos explorando todos los parques de Barcelona en busca de nuestro nuevo jardín particular. La foto está tomada en el del Guinardó, que compite con el Parc Güell en ofrecer las mejores vistas sobre la ciudad. Desde aquí se observan las grúas de la Sagrada Familia, que nos acompañan en nuestros paseos matinales.
Publicado por
Carrusel Bazar
2
comentarios
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
lunes, 17 de diciembre de 2012
Lisa y Pegaso
Mientras el paseador corre unos kilómetros en compañía de 1.500 personas
para celebrar las fiestas de Sant Andreu, Lisa y yo ponemos rumbo al
parque de la Pegaso, otro de los jardines de Barcelona que nunca hemos
visitado, y me sorprende agradablemente este espacio urbano, ya que
cuenta con muchos árboles y varias zonas de vegetación espesa y umbría,
un canal, y puentecitos que lo cruzan, además de una gran área
habilitada para perros. Durante nuestro paseo, subimos la colina de
Pegaso hasta un pequeño mirador, donde aparte de unos edificios
municipales no queda ni rastro de las instalaciones de la fábrica ENASA
(Empresa Nacional de Autocamiones, Sociedad Anónima). En el pavimento de
una de las plazas del parque se ha reproducido la imagen de
Pegaso, el caballo alado, icono distintivo de esta empresa de automoción
y nombre que llevaban sus populares camiones. La rehabilitación de los
terrenos de carácter fabril para uso público es
uno de los emblemas urbanísticos de Barcelona desde el siglo XX (en el
mismo barrio de Sant Andreu se halla en pleno proceso de transformación
la fábrica de hilaturas Fabra i Coats).
Publicado por
Carrusel Bazar
0
comentarios
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
domingo, 2 de diciembre de 2012
Domingo por la mañana en el Parc Güell
¡Cuánto tiempo sin visitar el Parque Güell! Lo encontré incluso más bonito que la última vez que me paseé por aquí. Tenía muchas ganas de que Lisa lo viera, y me preguntaba si habría muchos turistas y si tendría una zona habilitada para perros. Es más: ¿podría entrar con Lisa?, ¿y sin pagar nada?
Desde hace algún tiempo el Parc Güell se halla envuelto en la polémica a causa de una iniciativa anunciada por el Ayuntamiento: la decisión de cobrar entrada a todos los visitantes salvo los residentes en Barcelona. Las movilizaciones no se hicieron esperar y el consistorio se ha visto obligado a dar marcha atrás, o al menos a aplazar la entrada en vigor de esta normativa hasta 2013. Los que rechazan el pago por acceder al parque argumentan que tal medida representaría la privatización de un espacio público, y las autoridades municipales arguyen que el mantenimiento del parque cuesta a las arcas públicas cada vez más dinero. En mi opinión, el Ayuntamiento de Barcelona está siendo víctima –una vez más– de su propia avaricia recaudatoria, ya que la inversión realizada desde hace décadas con objeto de promocionar turísticamente la ciudad es una de las causas, paradójicamente, de su consiguiente deterioro. ¿Es que nadie pensó en las consecuencias de dicha llamada al turista? Al parecer no. La ceguera de los responsables de urbanismo resulta tan evidente para el ciudadano de a pie que este se pregunta cada vez más a menudo en manos de quién está el gobierno. O sea, que pagamos sumas elevadísimas de dinero público para que los turistas vengan a visitarnos y luego nos quejamos de cuánto ensucian, rompen, beben, y vaya usted a saber qué tropelías más. Y lo que es peor: de nuevo es el ciudadano el que tiene que pagar de su bolsillo la falta de perspectiva a largo plazo de sus gobernantes. Otra vez.
Puede que los vecinos del Parc Güell y de toda la ciudad hayan respirado aliviados al conocer el aplazamiento de tan polémica medida, pero ¿qué pasa con los de Terrassa? ¿Y los de l'Hospitalet? ¿Y los de Mollet del Vallès? Los menciono porque ellos también pagaron las campañas que promocionaban Cataluña como destino turístico, con Barcelona, Gaudí y el Modernismo como principales reclamos, por cierto. Y ahora nos echamos las manos a la cabeza porque el Parc Güell está sufriendo el deterioro que ocasionan cientos de miles de visitantes al año. Como diría mi amiga B.: "¡Nos ha jodido mayo con las flores!".
Desde hace algún tiempo el Parc Güell se halla envuelto en la polémica a causa de una iniciativa anunciada por el Ayuntamiento: la decisión de cobrar entrada a todos los visitantes salvo los residentes en Barcelona. Las movilizaciones no se hicieron esperar y el consistorio se ha visto obligado a dar marcha atrás, o al menos a aplazar la entrada en vigor de esta normativa hasta 2013. Los que rechazan el pago por acceder al parque argumentan que tal medida representaría la privatización de un espacio público, y las autoridades municipales arguyen que el mantenimiento del parque cuesta a las arcas públicas cada vez más dinero. En mi opinión, el Ayuntamiento de Barcelona está siendo víctima –una vez más– de su propia avaricia recaudatoria, ya que la inversión realizada desde hace décadas con objeto de promocionar turísticamente la ciudad es una de las causas, paradójicamente, de su consiguiente deterioro. ¿Es que nadie pensó en las consecuencias de dicha llamada al turista? Al parecer no. La ceguera de los responsables de urbanismo resulta tan evidente para el ciudadano de a pie que este se pregunta cada vez más a menudo en manos de quién está el gobierno. O sea, que pagamos sumas elevadísimas de dinero público para que los turistas vengan a visitarnos y luego nos quejamos de cuánto ensucian, rompen, beben, y vaya usted a saber qué tropelías más. Y lo que es peor: de nuevo es el ciudadano el que tiene que pagar de su bolsillo la falta de perspectiva a largo plazo de sus gobernantes. Otra vez.
Puede que los vecinos del Parc Güell y de toda la ciudad hayan respirado aliviados al conocer el aplazamiento de tan polémica medida, pero ¿qué pasa con los de Terrassa? ¿Y los de l'Hospitalet? ¿Y los de Mollet del Vallès? Los menciono porque ellos también pagaron las campañas que promocionaban Cataluña como destino turístico, con Barcelona, Gaudí y el Modernismo como principales reclamos, por cierto. Y ahora nos echamos las manos a la cabeza porque el Parc Güell está sufriendo el deterioro que ocasionan cientos de miles de visitantes al año. Como diría mi amiga B.: "¡Nos ha jodido mayo con las flores!".
Publicado por
Carrusel Bazar
2
comentarios
Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir en XCompartir con FacebookCompartir en Pinterest
Suscribirse a:
Entradas (Atom)